LA LEYENDA
LAS HABITACIONES DE NARROS
Narros es un palacio que está situado en la villa de Zarautz, delante del mar. Sus gruesas paredes aguantan los azotes de las olas enfurecidas.
En el Palacio de Narros vivía una familia adinerada que tenía tres hijos, el palacio tenía muchas habitaciones, entre ellas la habitación azul y la habitación de los espejos.
Cuenta la leyenda que en la habitación azul los días de tormenta se escuchan ruidos de cadenas.
Esto se debe, a que hace muchos años naufragó un barco holandés y toda su tripulación, excepto el capitán, murió en el mar delante del palacio. El capitán fue rescatado por los sirvientes de Narros, lo llevaron ante sus señores y como él no sabía hablar español, pensaron que estaba poseído por los demonios. Entonces, lo encerraron en el cuarto azul.
También cuenta la leyenda que en el cuarto de los espejos se veían siluetas reflejadas en ellos en los días de luna llena.
Esto se debe, a que vivía una pareja de novios en la ermita de Santa Bárbara, que está situada en un monte que está al costado del Palacio de Narros. Esta pareja de novios bajó al palacio en busca de trabajo, los señores les contrataron, pero nunca aceptaron su condición de pareja. A causa de estar juntos todas la noches de luna llena se escondían en la habitación de los espejos. Con el transcurrir del tiempo no les dejaban convivir, por ese motivo, un día de luna llena se suicidaron en esa habitación.
Hoy en día el palacio sigue habitado pero esas dos habitaciones no las utilizan, además dicen que si entras en ella da mala suerte para toda la vida, por eso las puertas permanecen cerradas.
Narros es un palacio que está situado en la villa de Zarautz, delante del mar. Sus gruesas paredes aguantan los azotes de las olas enfurecidas.
En el Palacio de Narros vivía una familia adinerada que tenía tres hijos, el palacio tenía muchas habitaciones, entre ellas la habitación azul y la habitación de los espejos.
Cuenta la leyenda que en la habitación azul los días de tormenta se escuchan ruidos de cadenas.
Esto se debe, a que hace muchos años naufragó un barco holandés y toda su tripulación, excepto el capitán, murió en el mar delante del palacio. El capitán fue rescatado por los sirvientes de Narros, lo llevaron ante sus señores y como él no sabía hablar español, pensaron que estaba poseído por los demonios. Entonces, lo encerraron en el cuarto azul.
También cuenta la leyenda que en el cuarto de los espejos se veían siluetas reflejadas en ellos en los días de luna llena.
Esto se debe, a que vivía una pareja de novios en la ermita de Santa Bárbara, que está situada en un monte que está al costado del Palacio de Narros. Esta pareja de novios bajó al palacio en busca de trabajo, los señores les contrataron, pero nunca aceptaron su condición de pareja. A causa de estar juntos todas la noches de luna llena se escondían en la habitación de los espejos. Con el transcurrir del tiempo no les dejaban convivir, por ese motivo, un día de luna llena se suicidaron en esa habitación.
Hoy en día el palacio sigue habitado pero esas dos habitaciones no las utilizan, además dicen que si entras en ella da mala suerte para toda la vida, por eso las puertas permanecen cerradas.
entrevista a mi abuela
La entrevista se la he hecho a mi abuela Carmen Diez Diez que tiene 83 años y es un persona muy trabajadora, luchadora y que siempre lo imposible te lo hace posible con los ánimos y soluciones que te da .
¿Dónde y cuándo naciste?
- Nací el 25 de noviembre de 1933 en Medina del Campo provincia de Valladolid.
¿Cómo fue la infancia que tuviste?
- Mi infancia fue muy diferente a la tuya. Nací en una familia de clase obrera, éramos cuatro hermanos tres chicas y un chico, pero mi hermano murió en tiempos de guerra cuando era muy pequeñito. Yo soy la más joven de las tres hermanas. MI padre era panadero y mi madre ama de casa, pero para salir adelante alquilamos habitaciones en casa. Mi padre tuvo que ir a La Guerra Civil Española. A pesar de todas estas cosas tuvimos una infancia muy feliz, íbamos las tres hermanas al colegio y a la vuelta jugábamos un ratito con los niños del barrio, pero enseguida teníamos que irnos a casa porque teníamos que ayudar en las tareas de casa o llevar la comida a mi padre.
¿Y cómo ha sido tu juventud?
- Empecé muy jovencita a trabajar para ayudar económicamente en casa, como Medina es un pueblo muy grande teníamos bailes, cines, sitios para pasear…, pero claro todo esto nunca nos dejaban hacerlo solas siempre teníamos que ir acompañadas de la hermana mayor o de la madre.
¿Por qué viniste al País Vasco?
- Yo en Medina trabajaba de sastra y tenía una amiga que vino aquí a trabajar, entonces ella sabía de una sastrería en San Sebastián que necesitaban gente y entonces me anime a venir. Allí trabajé un par de años porque luego ya conocí a tu abuelo, que también vino en busca de trabajo al País Vasco. Me casé y me fui a vivir a Arrona un pueblo muy pequeñito, allí lo pasé un poco mal porque yo estaba acostumbrada a vivir en un pueblo grande y aquí pues no había nada.
Finalmente, ¿ me podrías contar alguna anécdota?
- La misma amiga que me encontró trabajo también me encontró el novio, porque ella me decía que en Arrona, donde ella vivía, había muchos chicos solteros que habían venido a trabajar a la Fábrica de Cementos Rezola y entonces al primero que me presentó con ese me quedé, que ella ya le había echado el ojo para mi. Nos estuvimos viendo durante cinco meses los fines de semana en San Sebastián y nos casamos. Así que esto fue una lotería, podía salir bien o mal, pero tuve la suerte de que salió bien.
La conclusión que he sacado haciendo esta entrevista es que los tiempos han cambiado mucho en muy poco, porque mi infancia y la suya solo se asemejan en que fuimos felices, cada una con lo que le tocó vivir. La juventud, en cambio, fue muy diferente porque ellos no tenían la misma libertad que tenemos nosotros ahora y tampoco la posibilidad de hacer los estudios tan avanzados.
¿Dónde y cuándo naciste?
- Nací el 25 de noviembre de 1933 en Medina del Campo provincia de Valladolid.
¿Cómo fue la infancia que tuviste?
- Mi infancia fue muy diferente a la tuya. Nací en una familia de clase obrera, éramos cuatro hermanos tres chicas y un chico, pero mi hermano murió en tiempos de guerra cuando era muy pequeñito. Yo soy la más joven de las tres hermanas. MI padre era panadero y mi madre ama de casa, pero para salir adelante alquilamos habitaciones en casa. Mi padre tuvo que ir a La Guerra Civil Española. A pesar de todas estas cosas tuvimos una infancia muy feliz, íbamos las tres hermanas al colegio y a la vuelta jugábamos un ratito con los niños del barrio, pero enseguida teníamos que irnos a casa porque teníamos que ayudar en las tareas de casa o llevar la comida a mi padre.
¿Y cómo ha sido tu juventud?
- Empecé muy jovencita a trabajar para ayudar económicamente en casa, como Medina es un pueblo muy grande teníamos bailes, cines, sitios para pasear…, pero claro todo esto nunca nos dejaban hacerlo solas siempre teníamos que ir acompañadas de la hermana mayor o de la madre.
¿Por qué viniste al País Vasco?
- Yo en Medina trabajaba de sastra y tenía una amiga que vino aquí a trabajar, entonces ella sabía de una sastrería en San Sebastián que necesitaban gente y entonces me anime a venir. Allí trabajé un par de años porque luego ya conocí a tu abuelo, que también vino en busca de trabajo al País Vasco. Me casé y me fui a vivir a Arrona un pueblo muy pequeñito, allí lo pasé un poco mal porque yo estaba acostumbrada a vivir en un pueblo grande y aquí pues no había nada.
Finalmente, ¿ me podrías contar alguna anécdota?
- La misma amiga que me encontró trabajo también me encontró el novio, porque ella me decía que en Arrona, donde ella vivía, había muchos chicos solteros que habían venido a trabajar a la Fábrica de Cementos Rezola y entonces al primero que me presentó con ese me quedé, que ella ya le había echado el ojo para mi. Nos estuvimos viendo durante cinco meses los fines de semana en San Sebastián y nos casamos. Así que esto fue una lotería, podía salir bien o mal, pero tuve la suerte de que salió bien.
La conclusión que he sacado haciendo esta entrevista es que los tiempos han cambiado mucho en muy poco, porque mi infancia y la suya solo se asemejan en que fuimos felices, cada una con lo que le tocó vivir. La juventud, en cambio, fue muy diferente porque ellos no tenían la misma libertad que tenemos nosotros ahora y tampoco la posibilidad de hacer los estudios tan avanzados.